Esta localidad tiene sobrada fama por su producción pimentonera y tabaquera, el desarrollo artesanal alcanzado en la elaboración de dulces, así como, las gargantas de los Guachos y de San Gregorio, cercanas ambas a la población y esta última con un puente con probable origen romano.
En su casco urbano, además de curiosas muestras de arquitectura popular como la “fuente de los Ocho Caños” (lugar obligatorio de visita) o la “Plaza de Toros”, rectangular, podemos destacar la Casa del Obispo Godoy –teólogo del S. XVI- construida en cantería, y la Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol, también del S. XVI, declarada Monumento de Interés Cultural, con un importante Museo Parroquial, en el que se exhibe la espléndida Cruz Procesional de plata (única en la Comarca) y la Cruz de Marfil.
En sus fiestas del Cristo del Sepulcro (lunes de Pentecostés) y del Cristo de la Salud del 16 al 19 de Julio, con toros al estilo verato, se puede contemplar el Baile de los Danzantes, tradición del S. XVII, (baile en el cual sus participantes están ataviados con vestidos blancos y cintas, acompañados por la gaita y el tamboril con música de influencia celta, donde bailan mientras entrechocan sus palos siempre frente a la imagen del Cristo. El 7 de Diciembre, víspera de la Inmaculada, tiene lugar el Viva -Viva, vistosa fiesta con hogueras y jinetes con antorchas.